Son las 32 mil despensas que se reparten cada mes en las regiones de Cancún la única fortaleza de Remberto Estrada; el “Cancún de 10” que nos vendió desde su candidatura a la fecha, ha sido solo mercadotecnia política, frase hueca.
Su nulo compromiso, su ausencia de liderazgo, su indisciplina, la falta de coordinación en materia de seguridad con el gobierno estatal, lo ubican como el peor alcalde en la historia de Benito Juárez.
Se mantiene terco en centrar su trabajo de gobierno solo en los actos públicos que monta en las regiones, ahí donde insiste en promesas difusas y sonríe para las fotografías.
Jorge Emilio González Martínez, líder nacional del Partido Verde Ecologista de México se entromete en Cancún y le genera constantes problemas a su aprendiz, eso no tiene para cuando cambiar, Remberto le debe mucho.
A él, lejos de importarle la inseguridad y la vida económica del municipio que dijo sería de 10, se deleita, disfruta y pasea en una de sus recientes adquisiciones, un yate de más de 30 metros de eslora con un costo de 3 millones de dólares.
Mientras tanto el tema central de las conversaciones sobre Cancún son los hechos delictivos.
Para algunos están muy cerca los próximos comicios, pero para los que viven en Cancún eso es una eternidad; al parecer la pesadilla terminara hasta el 2108, quien sea su sucesor, deberá contar con un proyecto real de gobierno, no utilizar su gobierno como un gusto personal, ni a aprender.
Basta de improvisados e incendiarios de la paz social, su destitución es apremiante.
Nada es gratis
Pululan los “clubs de nutrición” que a través de enganchadores en las calles entregan publicidad engañosa y seducen al que se deja, sobre las bondades de fórmulas únicas para sanar, adelgazar y tener excelente salud; las interrogantes: ¿Quién avala su funcionamiento? ¿Y la Cofepris? ¿Y las autoridades de salud? Innumerable cantidad de crédulos caen a diario en esos expendios; los convierten en dependientes de una promesa de lo máximo en salud sin ser ni nutriólogos, ni médicos.
Este tipo de comercio de promesas y falsos milagros limita el trabajo a los que si son profesionistas, causan daños económicos a quien los consume como único recurso para estar sano.
Téngalo claro: No se adelgaza ni se cura con 3 dosis de polvitos.
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