El ser humano tiene la facultad – como muchos otros animales-, de emitir cualquier clase de sonidos, que con el paso de los años se fueron convirtiendo en códigos entendibles para establecer diálogos entre las personas; gracias al el uso de las cuerdas vocales, que son el mecanismo por el cual podemos emitir la voz, clara y plausible es que se crearon las lenguas y supuestamente se expresaba el entendimiento de las cosas.
Hoy en la radio, televisión o cualquier medio sonoro podemos oír las declaraciones que emite toda la clase política, sus deseos sobre el trato de nuestra soberanía, su posible administración de nuestro trabajo diario del cuál ellos hacen uso a través de los impuestos, de las políticas con países extranjeros y las inversiones que diariamente ellos tramitan para que nosotros supuestamente vivamos con un alto nivel de vida.
Pero parece que no queda claro que las declaraciones que ellos hacen ante micrófonos, serán reinterpretadas por millones de personas y dependerá de miles de factores que estén en juego en el momento que se emitan.
El señor Videgaray, Ilustre Canciller de nuestra Patria, pareciera que no entiende el poder de la palabra y su significado: “…no soy un diplomático pero vengo a aprender de ustedes…” y después prorrumpir con cuestiones como: “México no habrá de optar por ninguna de estas puertas falsas. México va a reaccionar como lo ha hecho a lo largo de su historia diplomática, con dignidad y con inteligencia, abriendo las puertas del diálogo y de la negociación para defender los intereses de México y los mexicanos”. ¡Por favor!
¿Acaso él piensa seguir los pasos de nuestros diplomáticos anteriores?
