Durante estas difíciles semanas que ha vivido nuestro país ante los sismos que dañaron a familias, vidas, negocios, edificios e infraestructura en las zonas del epicentro y réplicas; es la solidaridad entre compatriotas la que ha dibujado el perfil del México arraigado al sentimiento de una patria que nos ha cobijado y que ahora necesita de su ciudadanía en torno a este gran valor que une a integrantes de una sociedad a través del sentimiento de reconocimiento y ayuda sin recibir nada a cambio.
A través de las redes sociales y los medios de comunicación hemos podido atestiguar, participar, movernos para colaborar con los miles de mexicanos afectados. Sin lugar a dudas, la solidaridad es un valor que está en nuestro ADN social mexicano, ayudar a nuestros paisanos. Pero también pudimos ser testigos de la solidaridad internacional que ha recibido México y que es el punto central de estas reflexiones porque es importante reconocerla y agradecerla como ciudadanos de esta nuestra gran nación.
Los países que enviaron ayuda a México de diferentes maneras han sido: Alemania, Argentina, Bolivia, Canadá, Chile, China, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Emiratos Árabes Unidos, España, Estados Unidos, Honduras, Israel, Italia, Japón, Panamá, Rusia, Perú, República de Corea, Rusia, Santa Sede, Suiza, Taiwán, Turquía y Venezuela. Ciudadanos de estas naciones amigas pusieron su tiempo, esfuerzo y vidas para salvar la de nuestros compatriotas. Rescatistas, médicos, ingenieros, artistas, militares, pilotos, brigadistas, equipos de rescate caninos, cientos de miles de toneladas de equipos, a través de una estrecha coordinación con el ejército y cancillería de México han sumado sus invaluables fuerzas para restaurar una normalidad que necesitamos reflexionar en casa para darnos cuenta que los mexicanos somos mucho más que nuestras diferencias internas o nuestros problemas.
Cuando estos momentos que hemos vivido empiecen a cicatrizar, es muy importante que la presencia de la comunidad internacional en estos momentos de dificultad sea siempre recordada y valorada porque el espíritu y los valores transcienden nacionalidades, culturas e ideologías. Sin duda México hoy recibe una gran enseñanza a través de la solidaridad internacional: los mexicanos tenemos amigos en el mundo y el mundo tiene un amigo en México.