Una ley de “Procreación y responsabilidad para heterosexuales”, deberá de considerar además de lo ya citado, lo siguiente para que realmente haya una protección al infante:
Cuarto punto, si un padre presenta problemas de alcoholismo, deberá de ser vetado para continuar procreando; es bien sabido que muchas veces ésta clase de varones generan violencia, psicológica, física y hasta abuso sexual hacia sus hijos y esposa, generándose un desasosiego y secuelas en el ámbito familiar; y si hay un avivado deseo de proteger a los niños y a la familia, pues es obvio que los heterosexuales necesitan una mano dura para comprender que es necesaria la defensa del menor como base de nuestra sociedad desde el hogar familiar.
Quinto, si bien es delicado el tema del aborto, se hace patente generar algún tipo de mecanismo que prevenga los embarazos a temprana edad, ya que al menos en nuestro país, suelen ser las jóvenes (muchas veces menores de edad), y sus familias, las que se hacen responsables de la crianza del nuevo ser y los varones que pusieron su 50% de fervor al procrearlo se desentienden; forjándose niños con ausencia de padre y por consiguiente problemas de estabilidad social dentro de nuestro México.
Sexto, toda mujer que quiera dedicarse al trabajo del sexo servicio, tendría que tener prohibidísimo llevar a cabo el sagrado derecho de la procreación; los hijos de sexoservidoras muchas veces sufren abuso por parte de los clientes o agresiones por la madre y en última instancia el abandono de ésta, que prefiere dejarlos al cuidado de sus familiares cercanos, generando infortunios en sus estados de ánimo y por ende en su comportamiento social.
¿Y qué más?
