Es increíble el seguimiento que en otros países (España), se tiene sobre los diversos crímenes que en su sociedad acontecen, incluso hay mesas redondas donde reporteros invitan desde policías hasta diversos investigadores involucrados, se puede seguir la pista de algo por años y siempre la sociedad recibirá la información que se merece.
En nuestra pequeña ciudad, Cancún, las notas policiacas son completamente ausentes de cualquier descripción más allá de la forma en cómo se encontró un cadáver, de cómo fue una balacera o de cómo se tomó prisionero a un malandrín; jamás encontramos seguimiento en las páginas periodísticas, en programas locales, es más, ni siquiera existe uno dedicado al tema policiaco, que permita conocer los detalles más allá del morbo, sino como parte de una verdadera investigación, con los elementos que implican, con la participación ciudadana.
Los cancunenses ya somos adultos, comprendemos las situaciones que se juegan en nuestra ciudad y pretender encubrir situaciones con frases: “Fue un ajuste de cuentas”, “estaba involucrado en el crimen organizado”, etcétera, son sólo darle atole con el dedo a una ciudadanía ya cansada de muchos hechos delictivos.
El informar y dar seguimiento permite que se valore el trabajo policiaco, el de investigación; el que se puedan observar avances hace que los habitantes se puedan sentir orgullosos de quienes les defienden, es dar un concepto diferente que enriquezca, valore y respete a quienes dicen ejecutar la sagrada ley que nos dirige.
No podemos seguir “ocultando” información, pues eso sólo permite que se generen especulaciones, temores, inseguridades y que las redes sociales se incendien de tonteras que sólo alebrestan el hormiguero de una colectividad poco informada.
