Es verdad que falta un buen tramo por recorrer en el proceso electoral del 2018; sin embargo, la falta de posicionamiento de algunos se hace evidente. Los diseñadores de campañas políticas han dejado mucho que decir en esta primera etapa del proceso electoral. En el ámbito nacional, si existiera un premio para la peor o mejor precampaña, quedarían varias categorías sin premio alguno, incluso, se podrían declarar desiertas, no sólo por la ausencia de ingenio, sino por carecer de contenido, de propuestas, de mensajes claros, del certero posicionamientos político.
En cuanto los aspirantes a presidente de México por la vía independiente, lo único importante a destacar son los punteros, que son ligados por su ascendencia política con los principales partidos, lo cual les aleja del discurso de independencia.
Se meten a la boleta electoral Jaime Rodríguez “El Bronco” que con 21 entidades completas con el factor de dispersión. Margarita Zavala está batallando para alcanzar los 17 estados necesarios con el mínimo necesario, se complica pero no se ve imposible alcanzar las metas propuestas. La configuración de la boleta se antoja sui generis, ya que si no sucede algo sorpresiva, tendremos tres candidatos de tres alianzas diferentes y tres candidatos independientes a la presidencia de la república.
Resultados de encuestas se dan a conocer de manera constante, lo cierto es que la gran encuesta será el 1 de julio y allí veremos un voto cruzado en los 73 candidatos a un cargo de elección y sin contar a los candidatos a regidores y también sin contar a los suplentes de cada uno de ellos; tendremos 233 nombres cerca de nosotros buscando un voto.
Las elecciones del 2018 serán las más costosas de la historia de México, los partidos políticos gastarán dos mil 138 millones tres mil pesos mexicanos, cuando en 2012 costaron mil 680 millones cinco mil pesos, (según cifras oficiales) se gastará más de 22 mil pesos por cada casilla, y se destinarán cerca de tres mil 410 millones de pesos para instalarlas. El aumento de gastos será de 458 millones de pesos, es decir un 27% más que en 2012, esto aunado a que el padrón electoral aumentó de 84.4 millones a 87.1 millones de votantes.
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