El próximo domingo 4 de junio habrá elecciones para gobernador en el Estado de México, Nayarit y Coahuila, en el estado de Veracruz se elegirán 212 presidentes municipales; los cuatro Estados representan el 23.3% del electorado nacional, es decir una cuarta parte de los ciudadanos con derecho a voto de todo México. La más grande elección por en número de votantes es el Estado de México con más de 11 millones trescientos mil ciudadanos, en esta elección la contienda es entre dos personalidades: Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, así lo eligió el Presidente de México cuando asumió la conducción de la campaña de su primo Alfredo del Mazo Maza, aspirante relegado en la anterior selección de Gobernador del Estado de México. Al encabezar la contienda el Presidente Enrique Peña Nieto encaminó lo que sería una elección importante hasta convertirla en la elección (no presidencial) más importante de las últimas ocho décadas, convirtió esta elección de gobierno estatal en un referéndum de su administración. Hacer un referéndum de su administración a estas alturas resulta altamente riesgoso, pero Peña Nieto es arriesgado, no le preocupó quizá apostar su muy poco capital político –aceptación- en beneficio o perjuicio de Alfredo del Mazo; son más los “negativos” que arrastra el presidente para los candidatos priistas.
En el caso de Veracruz, los veracruzanos no están del todo convencidos de la detención de Javier Duarte de Ochoa y pronto se verá el resultado. Duarte de Ochoa se convirtió en un boomerang y no en un punto positivo que atrajera votos y lo prueba el hecho que Roberto Borge es hasta hoy una carta protegida a la cual no se le ha dictado orden de aprehensión ni se le ha seguido investigando o profundizando; se esperaba que pronto sería expedida la orden de aprehensión y se le detuviera –si se garantizara un efecto de atracción de votos- pero al no haberlo sido con Duarte de Ochoa, resulta sumamente arriesgado jugarse esa carta. Si Roberto Borge no es detenido antes del cuatro de junio, no será molestado nunca jamás.
El domingo 4 de junio será la oportunidad para que una cuarta parte de los mexicanos defina el futuro inmediato de su realidad y con ello nos marque una coyuntura nacional. El domingo se verán muchas cosas, podremos palpar si a los mexicanos comunes y corrientes les agradó el aumento a los precios de las gasolinas de inicios de año; si es del agrado de los mexicanos media docena de ex gobernadores prófugos o sujetos a investigaciones por saquear sus Estados; si se avala casos de corrupción de Odrebrecht, OHL, La Casa Blanca, OCEANOGRAFIA, etc.