Los sucesos vividos este miércoles en el estado conmocionaron a la sociedad en su conjunto mostrando simultáneamente las diferentes caras de sus demonios que puede tener la descomposición social.
De golpe y porrazo se vivió un ataque a una familia a balazos que dejó una mujer inocente muerta , una riña en un penal que paralizó a Playa del Carmen así como el suicidio de una madre de familia que mató a sus dos hijos.
No hay a cual irle. Todos por sí mismos son preocupantes.
El terrible miércoles se caracterizó con muerte al amanecer y al anochecer, con tu tono de tensión que le pusieron los reclusos de la cárcel de Solidaridad.
Los hechos matutinos llevaban ya la suficiente carga de indignación social, al tratarse de un ataque a balazos a un policía y su familia, que lo acompañaba a esa hora de la mañana. Los criminales no se detuvieron ni con la presencia de niños y mujeres y soltaron los disparos.
La esposa del policía resultó muerta en el lugar, mientras que el elemento y los niños que los acompañaban, recibían una lluvia de plomo que los mantiene en una situación de vida o muerte.
Por si fuera poco, más tarde hubo una tremenda riña en la cárcel de Playa del Carmen.
El tema del penal exhibe una terrible corrupción de las autoridades municipales, de las autoridades carcelarias y el obvio control de los criminales en estas instalaciones, ya que los reos portaban armas de fuego, celulares, drogas y demás cosas.
Sin embargo, el hecho que más conmocionó fue el suicidio por la vía del ahorcamiento de una mujer que había asesinado a sus dos pequeños hijos. ¿Esquizofrenia?, ¿depresión?, ¿pobreza?
Quizás nunca se conozca a ciencia cierta lo que llevó a esta mujer a tomar esa terrible decisión, sin embargo, entre las razones podría estar el terrible entorno que viven los cancunenses, que comprende pobreza, marginación, desigualdad social, y violencia.
Desde luego estos hechos son signos de una sociedad decadente. Que se encuentra en proceso de descomposición y el sinónimo de esta palabra es putrefacción.