Por ejemplo, ahora que está en boga el tema de la reforestación con especies endémicas de árboles, pues se le acomodan las vestiduras de “proyecto ambientalista” o sustentable, inserto en el proyecto de Ciudades Resilientes, por el simple hecho de contener vegetación nativa, pues fue una parte del discurso de resiliencia.
Como empresario puedo entender que existen proyectos que son de beneficio para el sector, pero no estoy de acuerdo que se nos use para “vestir” un proyecto que a todas luces beneficia a una sola empresa y empeora el caos qué hay en la ciudad por falta de estacionamiento, y desde luego, a los integrantes del Cabildo que pactan con ellos.
El desorden y el caos prevalece en la Quinta Avenida; el comercio en vía pública sigue siendo AUTORIDAD en sus inmediaciones, encabezados por las empresa, ahora también informales, Ultramar y Barcos México. ¿En qué momento del discurso sobre ‘sustentabilidad’, ‘voluntad política’, nuevas obras y demás no se nos ocurre hablar de lo que no se ha hecho y nos está afectando terriblemente?
A mí me van a disculpar, pero no se me ocurre que las cosas las estén haciendo con conciencia social y tampoco con visión empresarial; el comercio informal está acabando con la Quinta Avenida y los comerciantes establecidos, pero al parecer, y digo, al parecer, pueden más los acuerdos con beneficios para los funcionarios municipales que el orgullo de aplicar la ley en beneficio de todos. Al tiempo, no hay nada oculto debajo del sol.
