La juventud se encuentra entonces perdida, pues las generaciones inventoras de los adelantos cibernéticos y gadgets de los cuáles aquéllos hacen uso, no se han puesto a imaginar el futuro de ésta sociedad, pareciera que nadie osa aventarse un clavado en ese tema para recular y virar hacia otros objetivos. El análisis de la humanidad y su futuro está en manos de generaciones que al parecer, son incapaces de tal acto intelectual y es entendible, ya que si ellos mismo crecieron imbuidos entre adelantos que sólo buscaban exaltar la vacuidad social, pues es imposible que visualicen el terreno en el que nos encontramos.
La juventud por tanto, está perdida, es incapaz de hacer algo por el futuro libre de arrogancia y ego, la “Generación Y” (personas entre 30 y 40 años) así como los “Baby Boomers” (entre 50 y 60 años), se encuentran manirrotos, los primeros por no entender que ellos son parte de esa pérdida de juventud y los últimos, porque su tiempo ya no será suficiente para realizar los cambios.
Los jóvenes de hoy carecen de pensamientos analíticos, críticos y llenos de metas que beneficien realmente al mundo; la juventud necesita reflexionar pero, no son capaces de hacerlo solos. ¿Podrán los “Y” hacerlo? ¿Alanzarán los “Baby Boomers” a modificar algo?
La incógnita se encuentra en el aire, girando cual moneda lanzada ya hace unas generaciones con la esperanza de caer en campo fértil y de verdadera utilidad a la humanidad; no debemos olvidar que cuando se ha puesto realmente al servicio de la sociedad, los beneficios han sido descomunales pero los tiempos actuales nos llevan a darnos cuenta que cada día son menos los rendimientos.