El presidente municipal de Benito Juárez, Remberto Estrada no ha entendido que el camino para lograr resultados es la coordinación con los diferentes órdenes de gobierno e insiste en el ostracismo político.
El joven munícipe no puede o no quiere ver que su empecinamiento lo aísla cada vez más del resto de las autoridades y termina por empeorar la situación de Cancún, una silla que de acuerdo a los resultados le quedó demasiado grande.
La situación de violencia sin precedentes que vive la ciudad es agravada por la terquedad de un alcalde sin rumbo ni convicción que no tiene una estrategia definida en el tema de seguridad y que las acciones que ha tomado parecen ser ocurrencias, bien sea por imposición de su líder nacional Jorge Emilio González “El niño verde” o por los consejos de sus asesores, que parecen ser los peores enemigos de Remberto.
En este marco, el gobernador del estado ha tendido la mano a Remberto Estrada, proponiéndole un trabajo conjunto en beneficio de los benitojuarenses, pero el alcalde se niega a la labor coordinada, más que eso, insiste en propiciar un rompimiento.
Su más reciente ocurrencia consiste en bloquear la información del gobierno y funcionarios estatales, pues resulta que Remberto Estrada ordenó a su personal de Comunicación Social que no incluya en sus boletines a los funcionarios estatales que tengan agenda es Benito Juárez, incluso si estos hablan bien del gobierno municipal.
Es decir, el único que puede sobresalir en la información es Remberto y su gabinete, nadie más. Esta orden comprende a la dirección de Comunicación Social, así como a Radio Cultural Ayuntamiento y el DIF municipal.
La burbuja de Remberto parece ser más grande cada día y aunque diariamente haya ejecuciones, balaceras o robos con violencia, para él no pasa nada pues vive en “Cancuncito”. Su falta de cooperación llega al descaro, pues, aunque firmó un convenio de adhesión al mando único con el gobierno estatal se niega a su implementación.
Pero, aunque la seguridad es el tema más relevante porque incide directamente en la ciudadanía, hay otros aspectos en los que Remberto ha optado por irse por la libre y no tomar en cuenta al gobierno estatal, en una clara muestra de soberbia.
Obvias son ya sus diferencias con el jefe del Ejecutivo estatal, con quien ya han captado las cámaras algunas pequeñas discusiones. Famosa se hizo la invitación del gobernador a dialogar en su camioneta, diálogo en el que, aseguran, Remberto comentó al gobernador que su actitud era producto de la línea dictada por su líder nacional.
¿Rectificará Remberto? ¿Lo veremos sumarse al trabajo conjunto en beneficio del estado? O ¿seguirá comportándose como un niño malcriado que ve al municipio como su juguete y no quiere prestarlo? Solo el tiempo lo dirá…