LOS DIPUTADOS hacen a un lado la separación de poderes, acatan el recorte dictado desde Hacienda y, a cambio, se autorrecetan un aumento presupuestal. Por si fuera poco, les autorizan a cada uno repartir 20 millones de pesos como quieran, a quien quieran y con el moche que quieran.
UN GOBERNADOR crea empresas fantasma para saquear al erario de Veracruz y el gobierno federal lo deja ir. Ahora ofrece 15 millones de pesos por “informes” sobre su paradero. Otro gobernador se va dejando quebrado a Quintana Roo y debiéndole hasta ¡al Teletón! Uno más no logra cumplir sus promesas de campaña en Nuevo León, pero sigue soñando con ser Presidente.
EL PRESIDENTE de un partido renuncia a la Comisión Federal de Electricidad y recibe, de manera muy legal, una millonaria indemnización. Otro dirigente partidista se promociona impunemente como candidato presidencial, explotando los spots institucionales como propios. Uno más es cuestionado por sus compañeros de partido por jugar con ventaja indebida en la carrera presidencial.
Y TODOS ELLOS creen que Donald Trump ganó gracias a la ignorancia y al racismo de los estadounidenses, y no al hartazgo de la sociedad contra los políticos de siempre.
EN TODO este asunto de la entrega/captura de Guillermo Padrés, se ha olvidado a un personaje fundamental en la historia: la gobernadora Claudia Pavlovich.
SI NO ha sido porque la sonorense se tomó en serio investigar y castigar la corrupción de su antecesor, muy probablemente el panista estaría en estos momentos disfrutando sus millones, y no tras las rejas como corresponde.
A MÁS de uno sorprendió que, antes de partir a su viaje a Corea, Jaime “El Bronco” Rodríguez dejara como encargado del gobierno de Nuevo León a su secretario de Infraestructura, Humberto Torres.