A ocho meses del inicio de la administración de Carlos Joaquín González es preciso hacer un recuento del desempeño de los titulares de las diferentes secretarías. Aunque se han registrado algunos movimientos en la estructura gubernamental estos han sido a modo voluntario por así convenir a las aspiraciones políticas de los involucrados. La totalidad de los secretarios nombrados por el gobernador siguen en su encargo, aunque unos han tenido una travesía más tranquila que otros.
Con algunos traspiés en su inicio, sobre todo de coordinación con las declaraciones que efectuaba el Ejecutivo, tenemos al panista Francisco López Mena, quien a últimas fechas se le ha visto más mesurado y apegado a lalínea dictada por el jefe del Ejecutivo.
Aunque en principio le cuestionaron algunos gastos y se señaló su participación en algunas empresas tanto en el estado como fuera de él, lo cierto es que Juan Vergara, el secretario de Finanzas, poco a poco ha ido estabilizando las finanzas estatales. Tras un par de administraciones nefastas para Quintana Roo se necesitaba disciplina financiera y es lo que llegó a imponer el funcionario.
Otro servidor público de todas las confianzas del gobernador y que ha sentado las bases para un funcionamiento adecuado del órgano gubernamental es el oficial mayor, Manuel Alamilla, quien comenzó con algunos traspiés pero poco a poco ha encontrado su lugar y se ha visto cómodo en su encargo, conocedor de que debe dar resultados a su jefe político.
Pero hay otros secretarios que no han salido tan bien librados de estos primeros ocho meses. La primera de ellas la secretaria de Salud, Alejandra Aguirre, quien se encontró un mundo de problemas en la dependencia, con los que ha sufrido más de lo necesario. La secretaria se encontró problemas como la falta de abasto en los centros de salud, personal insuficiente, deficiente cobertura sanitaria, etc.
Hace un par de semanas surgieron rumores sobre su renuncia, los cuales ella misma salió a desmentir, pero lo cierto es que se le ha visto lenta para dar resultados en un rubro prioritario en cualquier administración pública.
Y quien más comentarios en contra ha levantado es sin duda alguna lasecretaria de Educación, Marisol Alamilla; su gestión ha estado marcada por comentarios desafortunados, como cuando dejó entrever que los alumnos de educación especial no deberían de existir, lo que levantó gran polémica en todo el estado y obligó a la funcionaria a convocar a rueda de prensa para pedir disculpas públicas por su dicho.
Días más tarde se atrevió a decir que deberían regularse los temas de los discursos de los niños participantes en el parlamento infantil, eso a raíz de lapresentación del niño de la zona maya Ángel Jacinto Noh Tun, quien fue muy crítico con los legisladores. La imagen que dejó la secretaria fue de intolerancia y de censura hacia la libre expresión. Nuevamente tuvo que salir a aclarar que no quiso decir lo que dijo.
