SE HABÍA MANTENIDO al margen de las invitaciones y las provocaciones, declinando una y otra vez meterse al tema hasta en tanto la autoridad electoral lo aprobara, pero parece ser que Mauricio Góngora decidió por fin “soltarse el pelo” en el asunto de los debates. Al candidato de la alianza “Somos Quintana Roo” ya lo habían venido “picando” de días atrás su archirrival Carlos Joaquín del PAN-PRD y el otro ex priista, José Luis Pech, de Morena, hasta que finalmente, por lo menos el primero, le encontró la horma a su zapato. Ayer, en la celebración de aniversario de las remendadas Redes de Eduardo Ovando, Góngora no sólo le tomó ya la palabra a Carlos Joaquín, sino que lo desdibujó en su pretensión comparativa con el desaparecido Luis Donaldo Colosio.
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AL ACUSAR AL candidato neo panista-perredista de carecer de propuestas e ideas propias y retarlo a que de manera pública den ambos a conocer sus plataformas políticas y compromisos que cumplirán –llegue quien llegue– como gobernador de Quintana Roo, el risueño Góngora escondió un rato la sonrisa para arremeter, muy duro, en contra de su odiado adversario. Calificó como una “infamia” que éste pretenda compararse con Colosio, porque, dijo, “Colosio jamás traicionó a su partido y Carlos Joaquín sí lo hizo”. Igualmente, afirmó que el hijo predilecto de Magdalena de Kino creció del trabajo y del esfuerzo, “lo que Carlos Joaquín no sabe lo que eso significa”. Y, finalmente, para rematar, rechazó también que éste sea íntegro y sencillo como lo fue el malogrado ex candidato presidencial del PRI.
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CABE DECIR QUE la incendiaria enjundia del priista puede deberse a la aprobación que ya hizo el Instituto Electoral de Quintana Roo para que los candidatos a la gubernatura del estado debatan el próximo 28 de mayo, pues sus contrincantes ya lo traían “de bajada” acusándolo de miedoso y de no contar con argumentos para debatir públicamente ante los quintanarroenses. Pero por lo que vimos ayer, lo que menos parece tener Góngora es temor a carearse en radio y televisión con Joaquín, Pech, Alvarado y Márquez. Envalentonado, ya le tomó la palabra al primero, lo retó –como tanto quería— a debatir y, a manera de estocada, lo llamó traidor. Ya veremos qué responde el ex “sub” de Turismo a todo esto.
