Conforme más se acercan los tiempos electorales, más cerca está también el golpe de timón que se dará en el Gobierno del Estado para terminar con los acostumbrados compromisos con gente que está incrustada en el gabinete y que pronto le darán las gracias por participar.
En radio pasillo se dice que el error cometido por Marisol Alamilla, secretaria de Educación y Cultura, al arremeter en contra de los niños discapacitados, despertó el enojo de las más altas esferas y que esto pudiera acelerar las renuncias de funcionarios que simplemente ya no los quieren en la nómina.
Se habla que en un principio estarían nominadas a salir de la casa de Big Brother la secretaria del Trabajo, Catalina Portillo Navarro y, por supuesto, la de Educación, Marisol Alamilla.
Se asegura también que habrá luz verde para aquellos que quieran participar como candidatos en las elecciones de 2018, con boleto de ida, pero no de vuelta, es decir, que si ganan les desearán mucha suerte, y si pierden…también.
Se habla del titular de Sintra, Jorge Portilla Manica; el encargado de la Oficina del Gobernador, Miguel Marín Azueta, y hasta el de Finanzas y Planeación, Juan Vergara, aunque este último quizá sí contaría con el aval para su regreso. Entre otros que andan entre azul y buenas noches.
Así, el gobierno pudiera deshacerse de compromisos con panistas y perredistas que, por su inexperiencia, han resultado un dolor de cabeza.
Que no sorprenda que a partir de 2018, el gabinete estatal empiece a tomar un tono tricolor, con la incrustación de políticos de mayor experiencia y de mayor confianza.
Cabe recordar que el actual gobernador, Carlos Joaquín González, no cuenta con una afiliación partidista, por lo que nada lo compromete con azules ni amarillos.
