Dicen que en México se disparará la crisis por todos lados. Y dicen bien, porque esta crisis será generalizada, incluyendo, como nunca, al mismo Gobierno de la República, al cual se le ha salido de las manos todo control y ha entrado en una crisis de credibilidad y confianza sin precedentes, dejando a la autoridad y a los políticos en general, como blanco de todas las bombas, especialmente en redes sociales.
La sociedad –o al menos una enorme mayoría- ya no tolera un segundo más a Enrique Peña Nieto. Algunos dicen que su pésima función al frente de este país obedece a su terrible ineptitud, otros a la destapada corrupción, y unos más, a las dos .
Y es que al próximo aumento a las gasolinas desencadenó la repulsión en la sociedad de todo el país, pues la experiencia dicta que al aumentar el combustible, se incrementa el precio de todos los productos, provocando una situación crítica para la economía en general.
Peor aún, esto se da cuando un “Presidente” fue descubierto comprando una casa, cuyo precio no podría ser cubierto con el salario que percibe quien hoy ocupa la Residencia de Los Pinos.
No se diga el hecho de que la gente se siente engañada por ese que dijo que los gasolinazos eran cosa del pasado, y que la luz y el gas disminuirían sus tarifas.
Hoy como nunca –en la historia reciente- México está a punto de un estallido social de grandes dimensiones, la sociedad civil se empieza a organizar para expresar su repudio a este gobierno, lo que bien se pudiera convertir en una bola de nieve que nadie detendrá.
La gente exige la revocación del mandato, anuncia desde ahora una gran abstención en los comicios del 2018, además de tomar medidas urgentes que lleven a dar marcha atrás al aumento de la gasolina.
