Justo a un mes de los comicios, en los que Quintana Roo elegirá a su próximo gobernador, 11 presidentes municipales con su cabildo y 15 diputaciones por mayoría más 10 plurinominales, las campañas de proselitismo no han logrado detonar, no han podido hacer mella en el ánimo de la gente.
Quizá en algunos municipios haya más efervescencia que en otros, pero al menos en Benito Juárez, este fenómeno lo atribuyen muchos a la decepción que han creado los políticos en una población que, afirman, ya está harta de escuchar promesas que a la postre serán incumplidas.
Otros más aseguran que la gente no se ha adentrado al tema electoral porque los partidos y los candidatos no han logrado tender el gancho y su propaganda ha sido más que ineficiente.
Incluso hay unos terceros que dicen que esto es culpa de las redes sociales que se han encargado de manchar lo poco que quedaba de la política en México, en un país que, como dice el Presidente Peña Nieto, “ya nadie cree en nada”.
¿Y por eso se puede esperar un alto abstencionismo?
A lo largo de la historia, cuando se elige al gobernador en esta entidad, al gente sale a votar y ese día las casillas lucen nutridas, con amplia participación; sin embargo, en esta ocasión no se puede decir que los candidatos a gobernador hayan logrado impactar tanto en la gente.