En las últimas décadas hemos sido testigos de una revolución digital, revolución que crece casi exponencialmente en comparación con otras que tomaron periodos mayores, tales como la revolución industrial de hace más de 300 años. Lo cierto es que el FACEBOOK en los últimos 5 años se ha convertido en una herramienta para juzgar sin saber, criticar sin educación, señalar sin que nos miremos a nosotros mismos pero sobre todo ha tenido tanta fuerza que hace creer a muchos que lo sale en esa red social es verdad.
Vemos publicaciones como la de que encontraron una sirena, una culebra de 7 cabezas, o que algún artista famoso se murió. La red social que comenzó como un experimento estudiantil en la Universidad de Harvard ha alcanzado dimensiones inimaginables, incluso para sus creadores. De ser una plataforma de comunicación interpersonal y grupal, Facebook se convirtió en un espacio en donde las personas pueden publicar opiniones y llamados a la acción, trabajar colectivamente a través de grupos públicos y privados, hacer campañas electorales, difundir artículos políticos o anuncios publicitarios y un montón de cosas más.
Es innegable la importancia que las redes sociales han adquirido estos últimos años para todos los sectores informativos: desde grandes medios de comunicación a pequeños proyectos ciudadanos. Sin embargo, los límites no están tan claros como parece. En el caso de Facebook, la red social que alberga más de 1.000 millones de usuarios han decidido volcar su información gracias a las posibilidades de difusión y facilidad de uso que la red de Zuckerberg dispone. reporteros ciudadanos, en algunos casos son casuales y en otros son personas que se dedican a eso de manera habitual a esto; narran lo que están viendo en el momento, incluso algunos van en busca de hechos que puedan ser relevantes para su comunidad, principalmente temas relacionados con la seguridad, narcotráfico, corrupción en autoridades, maltrato animal y medio ambiente.