Una figura clave en el universo de Roberto Borge es su íntimo amigo Fabián Vallado; cercanísimo al ex gobernador desde el inicio de la carrera política de ambos, Vallado fue un fiel operador de ex mandatario, al grado de que es el único que va a visitarlo en la cárcel en Panamá.
La carrera de Vallado, al igual que la de Borge, es meteórica. Fabián pasó de ser su asistente personal y secretario particular al inicio de su mandato al poderoso delegado de Sedesol que tenía bajo su mando todos los recursos y programas federales, los cuales podía manejar a su antojo.
Esa, pretendía que fuera su plataforma para competir por la presidencia municipal de Benito Juárez o una diputación federal, aunque su sueño era suceder a Paul Carrillo, con quien primero hizo alianza y luego se peleó, al no coincidir sus proyectos personales.
Famoso fue el “audioescándalo” que exhibió cómo utilizaba esta dependencia para beneficiar a los candidatos del gobernador Roberto Borge rumbo al proceso electoral del 2016 y para beneficiarse a sí mismo con la candidatura a la alcaldía del municipio de Puerto Morelos, que el final quedó en manos de Laura Fernández.
En otra conversación telefónica, en esta ocasión con Ulises Ruiz, ex gobernador de Oaxaca y exdelegado del PRI en Quintana Roo, se escucha como tramaban la forma de frenar a Carlos Joaquín González en su búsqueda de la candidatura a la gubernatura.
“Que lo paren”, alertaba Vallado a Ruiz en la charla telefónica. Ruiz comentaba a su vez que Joaquín “se encontró a mi jefe (Manlio Fabio Beltrones) y le dijo mentiras; que no le di el documento de unidad de los candidatos. Le dijo: ‘¿Por qué voy a firmar si no hay unidad, si no me convocaron?’. Estaba como loco”, expresa Ruiz a carcajadas en la charla.
Luego de haber sido dados a conocer los audios y aunque en un principio fue protegido y disculpado por su mentor a nivel federal, Vallado fue relevado de la delegación de Sedesol, cargo que ocupó la multicolor Marybel Villegas hasta hace pocos meses.
Así a Vallado le quitaron de las manos la mina de oro de donde financiaba su proselitismo. Vallado fue el operador político de Borge y el encargado de cobrar los “diezmos” a los municipios; varios presidentes municipales se alineaban con él porque sabían que su palabra era secundada por Borge.
Fabián, el fiel Fabián, es quien ahora visita a Borge en la prisión donde está recluido en Panamá, quien le lleva la ropa, comida y los insumos que requiere el ex gobernador para su comodidad. Fabián no deja de ser lo que siempre ha sido: el principal asistente de Borge.