JORGE CASTRO PALACIOS
@jcastro_p
f Jorge Alfonso Castro
¿“Estafó” Uber?
Con la puesta en marcha del doble Hoy No Circula en la Ciudad de México, hace tres días, muchos fueron los factores que significaron un caos cotidiano para los mexiqueños. Uno de los que más se hizo ‘sonar’ fue el de el aumento de tarifa del servicio de transporte Uber, por medio de su tarifa dinámica (la cual ha estado en funcionamiento desde sus comienzos).
Cientos de miles de mexicanos se unieron en protesta contra esta medida, ya que –aseguraban- se trababa de una “estafa” o un “abuso”, al mismo tiempo que exigían al gobierno capitalino que regulara los precios que la empresa exhibía a sus clientes.
¿Cometió realmente Uber aquello de lo que se le acusaba? La compañia, con sede central en San Francisco, California, actuó en base a las leyes de oferta y demanda, de acuerdo al sistema de libre mercado. Esto significa que el considerable aumento de personas que requerían del servicio sobrepasó el número de unidades vehiculares con las que cuenta este servicio privado de forma habitual. Uber solamente aplicó capitalismo puro a su favor, y no en contra de los habitantes de la capital del país, sino en pro de su rentabilidad.
¿Uber “estafó” –en hechos- a un cliente? No, ya que ésta presenta a la persona que requiere el servicio el costo a pagar antes de ser trasladado. La persona, en sí, decide si lo paga o no, dependiendo de su solvencia econonómica o de la urgencia de trasladarse que pueda tener en ese momento.
El gobierno no puede regular los precios de un servicio privado mientras éste no incurra en alguna violación a la Ley Federal de Proteccion al Consumidor, y mucho menos imponer una penalización. Y Uber no incurrió en ninguna falta.
Desgraciadamente, muchos mexicanos estamos acostumbrados a que todo funcione de acuerdo a nuestra comodidad, y sólo nos unimos para hacerle frente a algo que no se maneje de esta forma, pero hay algo que siempre hay que tener presente: las cosas cuestan, y cuestan más si más gente las solicita.
