Actualmente el estado de Quintana Roo en temas sindicales se encuentra secuestrado por una mafia conocida como SNTE, al que debemos limitar su papel como defensora de los trabajadores, no como la reguladora de la educación. Fermín Pérez Hernández, actual líder del magisterio ha permanecido en las sombras de su oficina como si todos los problemas que enfrentar los maestros del estado se arreglaran sentado atrás de un escritorio. Según comentarios de integrantes del propio comité Fermín Pérez no quiero soltar dinero ni para comprar insumos como papel de baño o papelería y pro si eso no fuera poco también ha desaparecido algunos programas de apoyo para los maestros así como de difusión de las actividades magisteriales. La forma de hacer política y gestión del SNTE vive sus últimos momentos, es un sindicato que abandonó sus orígenes democráticos y de lucha por las reivindicaciones laborales de la base trabajadora que representa. La figura de los secretarios generales seccionales es una radiografía nítida de lo que estamos hablando, secretarios que se esconden ante la base y sus problemas detrás de sus escuderos (comité seccional) y de los secretarios generales delegacionales para evadir su responsabilidad de enfrentar, gestionar y dar respuesta a los problemas. Hoy la sección 25 del SNTE está más que dormida, sin una figura real como líder quien se supone debería estar buscando mejoras para el sector educativo, específicamente los maestros quienes prácticamente están solos desde que Fermín Pérez llego como líder y del cual muchos docentes tenían amplias expectativas sin embargo estas han quedado enterradas. Quintana Roo tiene a un secretario general que rara vez pisa las instalaciones de los edificios sindicales y todo lo intentan resolver por la vía del mensaje telefónico, (el famoso whatssap,) y en reuniones en lugares selectos de cada sección.
