Cuñadas, suegras y comadres, Vaya que estamos viviendo un gobierno de cambio. Pero la realidad es que jamás me esperé tanto cambio.
Y es que esta administración está tan empecinada en modificar las cosas que ha llegado al grado de que ahora los patos le tiran a las escopetas o lo que es lo mismo, los policías están para pedir perdón a los delincuentes.
Así es. Roberto Borge se encargó estúpidamente de ponerle alas a los alacranes, pero este gobierno se ha encargado de alimentarlos, de protegerlos, de solaparlos y hasta de disculparse con estos venenosos bichos.
Hasta donde me quedé y creía que tenía uso de razón, a los delincuentes como los extorsionadores se les encarcela y a los insectos se les echa insecticida, pero ahora ya no, ahora es el momento del cambio y hay que apapacharlos.
Pero ¡qué capítulo me perdí!
Comprendo que este gobierno opera sólo para deshacer todo lo que tenga que ver con Roberto Borge Angulo. Para esta administración lo demás es lo de menos. La sociedad que jamás estuvo con melón ni con sandía, es ignorada.
Y por eso utiliza esa añeja premisa de: “Los enemigos de mis enemigos, son mis amigos”, enfrascado todo esto en el absurdo total, no hay duda.
Ahora se le quiere y cuida a escorias, así, sin preguntar. Para esta gestión estatal no existe otra lógica: los amigos de Borge son ahora los malos, y sus enemigos juegan el papel de buenos ¡Por Dios! ¿Quién los asesora?
Lo que no ha entendido es que las ratas seguirán siendo ratas por más que se les perfume y se les consienta, no tienen límites y por supuesto que pronto le morderán un dedo. Este gobierno está criando cuervos y cuando se dé cuenta, ni ojos va a tener.
¡Aguas, que son peligrosísimos!