A dos meses que el Congreso del Estado emita convocatoria para presentar propuestas al cargo de Presidente de la Comisión de los Derechos Humanos de nuestro estado, quienes trabajamos en la defensoría de los mismos desde la base de la sociedad civil consideramos que el próximo Ombudsman para ocupar por cuatro años tan importante cargo debe “ser mujer” ya que no permitiría el que se continuara atentando contra la dignidad de las personas como de los grupos en condición de vulnerabilidad, y sobre todo contra las graves violaciones que viven las mujeres de Quintana Roo, que por omisión han colocado a nuestro estado en Alerta de Género.
Considero estimado lector, que la próxima Ombudsman, más allá de atender las violaciones a los derechos de este sector desde una agenda feminista, podría impulsar mayores cambios en las estructuras de poder en todos los ámbitos de la vida de nuestro estado.
Y si bien, más allá de las virtudes o los defectos que haya podido tener la equidad de género en las dos últimas reformas electorales de nuestro país que solo se enfatizaron por lograr una igualdad del (60-40) y una paridad de 50-50 en la participación de las mujeres en el ámbito político, la importancia que le daría en este tema una próxima defensora, influiría para que estos balances dejaran de seguir tornándose distantes. La fuerte problemática por la democracia que estamos viviendo, como las graves violaciones a los derechos humanos que se suscitan a diario, demandan la necesidad a que el próximo defensor del pueblo permanezca garante a las violaciones de derechos y aplique un estado del mismo en cada conflicto que está perpetrando la delincuencia organizada a lo largo de la geografía donde la fuerza bruta ha superado con sus ejecuciones toda película de terror y miedo. Ante este panorama y a modo personal considero que una excelente aspirante sería Claudette González Arellano, joven mujer y profesionista quien, con su constante trabajo desde la Secretaría Técnica de la SEGOB, posibilitaría la plena realización en la promoción de nuestros derechos convirtiendo por la propia impronta de sus funciones y la dinámica de su actividad, de un instrumento de oprobio que generaría la satisfacción de lograr y salvaguardar nuestros derechos.
Si ya no queremos que esta situación continúe ocurriendo, habrá de incidir y exigirle a la XV Legislatura de nuestro Congreso, que la próxima designación del Defensor del Pueblo sea “democrática y transparente” y no solo impuesta como la de los 3 últimos presidentes quienes fueron elegidos a modo o arropados por fuertes vínculos de compromiso y afecto.
No hay que omitir que aunque la presencia de la mujer no supere por ahora el 25% con su participación en espacios importantes en el ámbito político, el tema de la mujer no puede seguir siendo marginal ni tampoco de exclusión y avance dentro de las instituciones, por lo que hoy ante estos atropellos y bajo la premisa fundamental de que como sociedad tengamos un sentimiento más exigente de la justicia de ser y estar más protegidos del actuar de los servidores públicos, debemos proponer desde nuestra facultad de ciudadanos, aspirantes claves que participen en el próximo proceso de elección.
Qué piensa usted, que piensa más…
¿Apoyamos a Claudette?