A MENOS DE un mes de que finalicen las campañas, los aliados del PRI, PVEM y Panal al parecer ya se pusieron de acuerdo para cerrar fuertes y unidos la fase de proselitismo. Porque era un secreto a voces entre los equipos de campaña, que los candidatos estaban jalando cada uno por su lado y no parecía haber entre ellos coordinación de estrategias ni de discursos. Incluso, se comentaba que ni entre los encargados de las agendas existía la suficiente comunicación y confianza como para “cuadrar” las actividades de sus jefes, por lo que a veces los candidatos no sólo no coincidían en tiempos, sino tampoco en los mensajes que llevaban a los eventos. Y todo, pues, parecía descoordinado.
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ALGUIEN HABRÁ JALADO unas riendas por ahí y unas orejas por allá, pero es el caso que hoy, como pocas veces recordamos desde que arrancó el proceso de convencimiento al electorado, se les vio hombro con hombro a Mauricio Góngora, Remberto Estrada y los aspirantes a diputados Candy Ayuso, Leslie Hendricks, Santy Montemayor y Pepe de la Peña, quienes sumando a sus respectivos seguidores hicieron bulto y ruido por algunas regiones de Cancún. El candidato a gobernador recibió el respaldo del equipo aliancista en sus respectivos territorios, pero igual éste les correspondió al pedir el voto para que uno llegue a la Presidencia Municipal y los otros al Congreso.
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DICEN QUE LAURA Fernández Piña luce más sonriente que de costumbre. Quienes la han visto en sus recorridos por Puerto Morelos, aseguran que se le ve cómoda, con fortaleza y determinación. Puede estar la razón en que su campaña ha venido de menos a más, especialmente durante la última semana, que sumó a su causa a un buen número más de adeptos. Y que mientras eso pasa, su principal rival, Manuel García Salas, que ha pretendido basar su campaña en una guerra sucia de exclusión y discriminación, empieza a ver cómo su errática estrategia se diluye en el ánimo de la comunidad portomorelense, de la que tarde se está dando cuenta que no es tan ignorante como la cree.
