El pasado 18 de junio se celebró a los papás, una festividad que poco a poco posiciona su mercadotecnia, como otras festividades como el día de las madres; sin embargo, cuando hablamos de las políticas públicas aplicadas a los padres es nula la información debido a las grandes carencias que tenemos como país en otros rubros. Hoy hablaré de ellos, los padres viudos o solteros que tienen la necesidad de sacar adelante a una familia completa son ellos a los que el Estado está en una deuda histórica, marginados de los programas sociales por el hecho de ser masculinos, es urgente que los gobiernos empiecen a investigar y analizar la situación de quiénes representan el 49% de la población.
Ha llegado el momento de que se voltee a mirar al sexo masculino, y reflexione sobre la necesidad de crear políticas públicas en favor de los caballeros, por qué no empezar a proponer el primer hospital masculino, cantidad de enfermedades que aquejan a los hombres que nadie le pone atención atentando contra el futuro de las familias, (obesidad, diabetes, hipertensión, los diferentes tipos de cánceres) o por qué no hablar del programa “Jefes de Familia” aquellos padres obreros que terminan la semana con unos cuantos pesos en la bolsa que apenas les alcanza llevar lo necesario a su hogar.
Hace falta trámites parlamentarios que fortalezcan los derechos de los padres, como las licencias de paternidad, el acompañamiento paterno en el parto y puerperio y la crianza compartida, traducidos meramente como necesidades humanas; sin embargo, hasta que no exijamos un gobierno moderno y eficaz simplemente todo quedará en el baúl de los recuerdos.
No dejemos de lado a nuestros abuelos, ellos llevan en su seno una doble paternidad e incluso hasta triple, los años entregados de vida, sacrificio y dolor deben de ser recompensados con políticas públicas sociales, que dignifiquen su liderazgo social y en la comunidad por años de trabajo en beneficio de los que hoy gozamos del presente, que para ellos representó futuro y patria. Finalmente concluyo con la importancia de trabajar por quién dentro de nuestra cultura representa la cabeza o el líder de familia, cuya obligatoriedad de cuidado para el estado debería dejar de ser una excusa.