Es muy interesante ver en las avenidas como confluyen varios partidos de forma simultánea y como las personas que promueven se muestran emocionadas agitando banderines, repartiendo volantes y queriendo pegar calcomanías a diestra y siniestra.
Por ello es necesario analizar el voto pues más allá de querer votar por un partido ya elegido, tenemos que razonar acerca de cuál será la decisión más viable y real.
A diferencia de muchos países que tienen candados de probabilidad a través de la primera y segunda vuelta electoral, en el nuestro no existen y por ello requiere más responsabilidad la decisión.
Consideraciones. Primero: Tener en cuenta que cuando hay muchos partidos políticos, los votos se dividen. Segundo: Si se vota por un partido con pocas probabilidades de ganar ese voto se diluye en acciones poco fértiles para nuestro beneficio ya que el partido en cuestión realmente poco lograra en los curules al participar en decisiones de peso y normalmente termina siendo el segundón de algún partido fuerte. Tercero: Fijarnos bien quienes son los contrincantes más fuertes y sobre esos decidir a cual dar el voto, razonando en los beneficios efectivos que podría traer a la sociedad. Cuarto: Pensar bien en las propuestas de todos, al final siempre van sobre los mismos objetivos, la única diferencia, es que utilizan diferentes frases para expresarlo y ante esa situación, regresarnos al punto número tres, ¿Quiénes son los contrincantes más fuertes? Quinto: Razonar una noche antes y hacerlo de forma objetiva, quitándonos falsos ideales y buscando la certeza de algo mejor.
Finalmente: Piense quienes son los más fuertes y las razones para votar por alguno.
