Con un poco más de dos décadas, el Internet y la expansión del Facebook en las redes sociales han venido revolucionando la forma de comunicarnos e informarnos entre todos nosotros los seres humanos de este planeta, y en donde paradójicamente las sociedades y el anonimato en las mismas, nos proporcionan mayor intimidad que nunca volviéndonos aún más, a quienes trabajamos en la respuesta del VIH desde la plataforma de sociedad civil organizada al darnos mayor proyección pública y presencia como jamás la habíamos tenido.
Hoy las redes sociales dibujan un nuevo panorama no sólo en la forma en la que nos comunicamos con nuestros conocidos, sino en la manera del cómo estamos obteniendo, procesando y gestionando la información que se genera cada minuto a nivel global tanto en el campo de la política, las economías como de la salud sexual y de la infección por VIH, al permitir no hacernos ajenos a cada uno de estos, pero principalmente a este último, al haber transitado de ser una patología estigmatizada y marginal a un problema de salud pública que hoy incumbe a toda la sociedad, a gobiernos e instituciones al estar permitiendo a través de Facebook y Twitter, se fortalezcan y surjan cada día más, no solo espacios virtuales de encuentro, de ligue o para la trata, sino también sitios para una búsqueda e intercambio de información en todos estos temas situacionales.
La importancia mi estimado lector es que comprendamos con una visión más integradora como la comunicación hoy se nos revela como una herramienta de gran utilidad y oportunidad para que aumentemos la conciencia social de todos nosotros en estos temas, y principalmente ante el avance del VIH, el que comuniquemos acerca de la eficacia que otorgan los tratamientos retrovirales a aquellos casos que hoy se están incorporando de manera oportuna, a un sistema de salud con un diagnóstico oportuno, ya que la efectividad de estos los logra mantener en estados de supresión viral o/ indetectables y donde el riesgo de infectar a otros se reduce a menos de 1%.
La importancia de que comuniquemos que el tratamiento es también una estrategia de prevención del VIH se vuelve toral ante el incremento de nuevos casos en la entidad y en poblaciones claves donde es cada vez más renuente. No sé qué opine usted mi estimado lector, pero considero que ante este panorama se necesita una revolución a la prevención del VIH en cuyo centro, las redes sociales y la tecnología móvil deberán ser la base de la acción y donde la salud móvil y la eficiencia de los programas de atención en torno al VIH deben ser la estrategia de comunicación institucional tanto para aquellas involucradas en la respuesta como para las Organizaciones sociales que trabajan el tema. Incorporar canales en los dispositivos móviles y en las APPS debe ser lo imperante ya que de acuerdo al INEGI en 2015 se estimaba que más de 50 millones de celulares interactuaban en nuestro país y con el resto de mundo.