Normalmente al escuchar las noticias, siempre escuchamos de cualquier clase de crímenes, desde los robos pasando por extorsiones y culminando con asesinatos, pero lo que más llama la atención es que siempre se mencionan las palabras: “supuesto delincuente”.
La palabra supuesto, hace referencia a algo que no puede ser confirmado con completa certeza y ciertamente así debe de ser cuando los hechos lo confirman, pero lo interesante es que en la mayoría de los casos que se suscitan en México tienen una cantidad excesiva de indicios de culpabilidad. Sin embargo, nuevamente confirmamos nuestra cultura del miedo a enfrentar lo que no es como si fuera. Y esto va aunado a una figura política que nos ha hecho mucho mal y bien al mismo tiempo, el Amparo.
En México se creó el juicio de Amparo, el cual tiene como prioridad proteger los derechos humanos y/o derechos fundamentales establecidos en la Constitución, así como en los Tratados Internacionales de los que México sea parte, cuando éstos son violados por normas generales, actos de autoridad o de particulares señalados en la ley. Esta figura jurídico a amparado por décadas a cientos de pillos que han hecho de la Nación su centro de actividades en la corrupción.
Hoy el ex gobernador Borge, tiene el descaro de hacer declaraciones en el sentido de estar limpio de cualquier culpa que sobre malos manejos de dinero se le imputen ¡Qué cínico! Se habla de millones de pesos que durante su gobierno se hicieron ojo de hormiga, las pruebas están ahí pero no hay abogado capaz ni preparado para demostrarlo, que hubo malversación.
Decir que el “supuesto desvío de fondos en el gobierno de Borge”, implica que no estamos preparados como sociedad a asumir que hay que tomar al toro por los cuernos y hacer justicia real. Y es que pareciera que la barra de abogados no encuentra como lazar al animal y establecer sus responsabilidades ominosas en contra de nuestro estado.
¿Acaso es muy difícil establecer su culpa? ¡Claro que sí! Sobre todo cuando bailan billetes de muchos ceros de por medio.
Entonces las noticias serán: “El supuesto mal manejo y desvío de fondos en el gobierno del señor Borge, ha sido un mal entendido, una aberración de sus detractores para infligirle mal a tan preciado personaje, al grado que se ha tenido que amparar según la justas leyes jurídicas de éste país”
Lo cierto es que como en toda política y su juego sucio, la suerte fue echada y la persecución se dio desde lo alto, donde el Ilustrísimo decretó: “A Duarte se habrá de perseguir, consignar y encarcelar por malos manejos en Veracruz. A los demás déjenlos en paz que su cuota reglamentaría han pagado sin problema”.
Y así nuestra historia será la misma, e incluso podríamos hacer atinados pronósticos de lo que a futuro podría pasar con ciertas personalidades de la política que hoy se encuentren en la mirilla de la acusación pública, lo único es verificar las relaciones inter políticas, la antigüedad, la forma de relacionarse y sabremos hacia donde girará el “supuesto” y el próximo amparo.