Un grupo pop de imberbes jóvenes japonesas se vistió a la usanza nazi para presentarse en un concierto especial de Halloween. La polvareda levantada, que dio vuelta al mundo, obligó a su compañía discográfica a emitir una disculpa pública por el atrevimiento. Se dijo que esas cosas suceden por desconocer la historia.
Un clásico que ha pasado al olvido dijo que al ignorar la historia se corre el riesgo de repetirla.
Un viejo y experimentado maestro de California, especialista en historia, estudioso del holocausto judío y activo para que se repita, explicó a sus alumnos de secundaria, en un ejercicio básico de historia comparada, los extraordinarios paralelismos que hay entre el ascenso de Hitler y el discurso de ascenso de Donald Trump. Hechos perfectamente comprobables en las fuentes según ha explicado. La polvareda fue sólo local pero suficiente para separarlo de la actividad educativa que viene desarrollando desde hace 40 años.
¿En qué quedamos? Podemos zanjar el asunto diciendo el lugar común que sirve para toda ocasión: en el mundo somos tan disímbolos que puede suceder cualquier cosa, incluida la doble moral. El problema es que hay quienes, conocedores de su propia versión de la historia, quieren repetirla.
Los grupos de ultraderecha, partidarios de la xenofobia y de la supremacía blanca, están empeñados en cobrarle cuentas al pasado y retribuir su venganza. Nunca será suficiente advertir sobre este riesgo. El impulso que han tomado con las arengas de Trump rebota en todos los rincones. El mensaje no les llega de cualquier parte sino del corazón del imperio. Es su oportunidad. Con un ademán de suprema autoridad éste les ha dicho: “No lo hagan”. La duda es si le harán caso. ¿Los va a controlar?