No se necesita ser un erudito en política ni conocer mucho de elecciones para saber que “la mejor encuesta es la que se da el día de las elecciones”.
Parece muy trillada y hasta tonta esta frase, pero en el caso de esta elección en particular, no puede ser de otra manera.
Las dos coaliciones (PRI-PVE y Panal contra PRD y PAN) lucen tan parejas que lanzar un pronóstico real, sin apasionamientos, resultaría aventurado, y más ahora que Carlos Joaquín González ha ido recogiendo con volquetes los adeptos de los indecisos.
Son muchos los que afirman que al inicio de la campaña, el Revolucionario Institucional lucía nuevamente arrollador, con una estructura que aún ahora parece indestructible, sobre todo cuando de elegir a gobernador se trata.
Pero Carlos Joaquín ha mostrado un músculo político que quizá ningún otro candidato opositor a la gubernatura ha podido mostrar en la historia del estado.
Nadie se atrevería a decir que Mauricio Góngora va a la baja, para nada, pero sí que su techo es más bajo que el de su opositor Carlos Joaquín, a quien ahora se le sumaron simpatizantes de Morena.