De acuerdo: No podrá solucionar los excesivos gastos. Por supuesto que tampoco compondrá la arrogancia, la prepotencia. Claro que ni siquiera podrá remediará la terrible afectación económica de cientos de familias, especialmente en el sur del estado; sin embargo hoy la sociedad reacciona, ya no se queda cruzada de brazos y se las ingenia para exponer a aquellos abusivos a través de métodos como el “Muro de la Vergüenza”.
Muchos que durante años se sintieron intocables, exquisitos, elegidos, hoy ven su nombre manchado en las paredes de la capital del estado, taladrando el ánimo de todos esos funcionarios, periodistas y ex diputados.
Y no pudieron encontrar mejor nombre que “el muro de la vergüenza” para avergonzar no sólo a quienes ahí aparecen, sino también –y es lo más grave- a sus familias, a sus hijos y padres, quienes seguramente hoy se sienten señalados, apenados por ser parientes de quienes no tuvieron empacho en servirse del presupuesto estatal.
Quizá muchos de estos sinvergüenzas maten su afectación, su pena, a billetazos, pero es muy difícil que puedan hacerlo con sus hijos, que muy posiblemente son recibidos con bullying en su escuela, señalados en su oficina, y burlados en la calle.
Porque a nadie le gusta que le digan bandido, menos que le echen en cara que su padre, madre o hijo es un sinvergüenza abusivo, y que todo de lo que hoy goza es producto del dinero mal habido, de la tranza, de la deuda impagable de 22 mil millones de pesos.
¿Cómo es que tú que no eras nadie ni poseías nada hace 11 años, hoy eres millonario?
La sociedad te va a decir cómo, y te lo va a remarcar en la cara con letras ahí, en el muro de los lamentos, en el muro del dolor, en el muro de la vergüenza.