Desfilaron durante los últimos días en Quintana Roo, los tres candidatos con mayores probabilidades de triunfar el próximo 1 de julio, aunque a decir verdad y según la mayoría de las encuestas, el asunto es solo de dos, entre Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya Cortés.
La visita de José Antonio Meade fue como el preludio de una inminente derrota, donde lucían incluso lugares vacíos en donde se presentó, mientras que por otra parte Ricardo Anaya, a pesar de que agendó su evento en Playa del Carmen, ciudad enclavada en el municipio de Solidaridad y que es gobernada por la coalición a la que pertenece, conformada por el Partido Acción Nacional, Partido de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano, no tuvo el arrastre de AMLO que hizo lo propio también en Playa del Carmen apenas el pasado viernes.
Sin autobuses o taxis acarreando gente de otras comunidades, sin tortas de queso de puerco o de radiografía de jamón para degustar o bebidas refrescantes, sin nada de esas herramientas electorales que acostumbra a utilizar desde la década de los 80 el PRI, y que también con el pasar de los años aprendió el PAN, si nada de ello, Andrés Manuel López Obrador reunió a más de 10 mil personas en el deportivo Colosio del citado destino.
AMLO volvió a demostrar y ratificar por qué es el puntero en las encuestas, a pesar de los últimos señalamientos en su contra, el llamado “Peje” ha sido muy puntual en buscar que sus seguidores y simpatizantes no se dejen llevar por comentarios que ofrecen sus detractores y que se repite tantas veces que termina pareciendo verdad.
El mencionado enfrentamiento contra el sector empresarial, nuevamente lo desmintió, una cosa es que no esté de acuerdo en que algunos de los principales empresarios del país se hayan visto beneficiados históricamente por el gobierno federal que está en turno, y otra que generalice a los empresarios de este país, a los cuales dijo que se les respetará, no habrá expropiaciones como también han querido engañar a la población y mucho menos convertir a México como Venezuela.
Aquí el asunto, considera este reportero, que el peligro no es volvernos como Venezuela, el peligro es seguir como México.
El único pecado de AMLO es no haber puesto atención en el reparto de candidaturas, por lo menos en Quintana Roo, y es que aunque todos merecen mi respeto, resultó indignante para muchos militantes del Movimiento Regeneración Nacional ver en ese templete el pasado viernes a candidatos que para muchos no han hecho nada por el partido que se estrenará en una contienda presidencial y con la gran posibilidad de triunfar en la figura de su líder, el tabasqueño López Obrador; al contrario, verlos ahí, a un costado de López Obrador, provocan en automático recordar el nefasto PRI de los últimos años en Quintana Roo.