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8 julio, 2024

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El enigma de los 50 mil votos

CUANDO EN LA conferencia de prensa que ofreció el lunes pasado en Playa del Carmen para reconocer públicamente el triunfo de Carlos Joaquín, le preguntaron a Mauricio Góngora a qué atribuía su derrota, con el rostro desencajado todavía por la sorpresa aún no asimilada y la noche en vela que arrastraba, respondió que esa había sido la voluntad ciudadana y que, simplemente, los quintanarroenses no lo habían favorecido con su voto.

Jorge Castro Noriega

CUANDO EN LA conferencia de prensa que ofreció el lunes pasado en Playa del Carmen para reconocer públicamente el triunfo de Carlos Joaquín, le preguntaron a Mauricio Góngora a qué atribuía su derrota, con el rostro desencajado todavía por la sorpresa aún no asimilada y la noche en vela que arrastraba, respondió que esa había sido la voluntad ciudadana y que, simplemente, los quintanarroenses no lo habían favorecido con su voto. Se manifestó respetuoso de la decisión popular, descartó que fuera a impugnar el resultado –¿y cómo hacerlo, si él fue el candidato del Estado, con todas las ventajas a favor?– le deseó “el mejor de los caminos” al ganador de la gubernatura y agradeció a todos los que creyeron y votaron en él.

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Y TIENE RAZÓN en parte Góngora, en cuanto a que los quintanarroenses fueron los que decidieron qué rumbo iba a tomar política y administrativamente Quintana Roo los siguientes seis años, al salir a las calles a votar en cantidades que superaron el tradicional 30 por ciento de participación al que el PRI, confiado, le apostaba para ganar. Pero el tema de fondo va más allá y tras la apabullante derrota del candidato priista en las urnas, hay números que no cuadran. No se necesita ser matemático ni experto en materia electoral, para entender que si el PRI ganó 8 de las 11 presidencias municipales y 10 de las 15 diputaciones y no pudo retener la gubernatura, es porque a Mauricio, si no fue el pagano de un contundente “voto de castigo” que todos vieron venir, menos él, lo “chamaquearon” entonces desde su propia casa.

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LOS 50 MIL votos de diferencia que le dieron el triunfo a Joaquín sobre Góngora son los que vale la pena analizar con lupa, para tratar de entender el insospechado resultado que dejó al PRI tendido en la lona. En el conteo final del PREP para gobernador, Joaquín obtuvo 228,703 votos contra 178,667 de Góngora, pero en el de presidentes municipales sus alianzas (PAN-PRD y PRI-PVEM-Panal) tuvieron 178,114 y 179,860 votos respectivamente, en tanto en la de diputados sacaron 176,128 y 153,946, en cifras muy parejas. Sin embargo, si se ve, entre los de presidentes y diputados de “Somos Quintana Roo” hay casi 20 mil menos (¿a dónde fueron a parar?) y en los distritos 10, 12 y 15, según se puede ver en el PREP, se emitieron casi 30 mil de manera independiente para candidatos a diputados del PRI y del PVEM que, extrañamente, fueron los únicos donde no compitieron en alianza. Es cosa, nada más, de echar cuentas.

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