Faltan ya unas cuantas horas para la realización del “esperado” debate entre los candidatos a la gubernatura de Quintana Roo, y para aquellos que sienten impaciencia por escuchar los planteamientos y las propuestas de los cinco magníficos, resulta lamentable que se quedarán con las ganas.
Así es, aquellos que ya sacaron lápiz y papel para apuntar las propuestas para después compararlas, incluso quienes están esperando el evento para realizar sus apuestas a favor de uno de los jinetes, todo parece indicar que quedarán en la frustración.
Y que quede bien claro que no es porque se haya cancelado el debate, no, sino porque los escasos 60 minutos que tendrán de frente a la opinión pública, al escrutinio de la gente, seguramente los utilizarán para descalificar al adversario, para acusarlo de todo, para darse hasta con la cubeta.
¿Y las propuestas Apá?
Resulta por demás indignante ver que para los candidatos resulta más productivo el quemar a su opositor ante la opinión pública, que presentar sus propuestas y ganarse así al electorado.
Así es, para los que gustan del morbo, habrán pellizcos, jalones de pelo, mordidas y piquetes de ojos, pero no ofrecimientos ni propuestas, si acaso uno que otro, pero no lo que el electorado merece.
De hecho, este debate se centrará en dos personajes y la comparsa que los acompaña. Todo este embrollo se concentrará en el candidato del PRI, Mauricio Góngora, contra el del PAN, Carlos Joaquín. Y lo más curioso del asunto es que estos dos aspirantes tienen toda la atención no por quienes son en realidad ni por su trayectoria, sino por lo que representan, y representan grupos confrontados, trenzados en conflictos políticos.
Eso es lo que levanta el interés, el morbo… Lo demás es lo de menos… ¿A quién le va?
