De nuevo se realizó el tradicional Maratón de Cancún, y otra vez se rompió la paz en la ciudad y en la zona hotelera, con graves congestionamientos que en nada ayudan a la promoción de esta ciudad.
Está comprobado que la mejor forma de publicitar a Cancún es de voz en voz, es de la gente que pasa aquí sus vacaciones y tras retornar a su lugar de origen, recomienda el destino a familia, amigos y compañeros.
Y desde luego que realizar este evento deportivo en un lugar como la zona hotelera que no tiene otra vía más que el bulevar Kukulcán, da al traste con el objetivo de brindar al turista una estadía placentera, para convertirse en un infierno.
Resulta por demás torpe y miope no sólo efectuar el maratón en la zona hotelera, sino que además realizarlo el plena temporada alta, causando graves molestias, al trabajador y al turista, cuyo tiempo aquí es muy costoso.
Es momento de que las autoridades analicen esto que causa más daños que beneficios al destino y a su gente, para entonces reubicar primero las fechas y luego el recorrido que realizan los atletas, tomando como posibilidad real, llevarlo a otra sede.
Resulta sumamente costoso para Quintana Roo atraer visitantes a través de grandes estrategias promocionales, y también es muy caro para el turista venir en avión con su familia y hospedarse en Cancún, como para que regrese mentando madres por congestionamientos viales y todos los daños que esto causa.
Este destino turístico no necesita de un maratón para atraer a más visitantes y mucho menos en diciembre, cuando muchos centros de hospedaje reportan incluso sobreventa de cuartos.
Cierto es que Cancún requiere diversificar su oferta turística para ofrecer no sólo sol y playa, pero debe ser más pensado, mejor meditado.
