Voto y pobreza
Más de un millón sesenta mil electores votaremos el 5 de junio para elegir gobernador del primer destino turístico del país, el 26° en población en pobreza y con un 21% en extrema, de acuerdo al CENEVAL.
Quienes padecen esa pobreza, hoy enfrentan cuatro tipos de carencias: educación, salud, vivienda y alimentación, que pese a su ingreso que es insuficiente dedican todo a cubrir sus necesidades de esta última.
Pobreza y elecciones no son dos fenómenos disociados cuando las condiciones de la democracia es el sufragio libre e informado, y en Quintana Roo esta premisa ha permanecido lejos de cumplirse ya que la pobreza es factor que incide en los fenómenos de la manipulación del voto, del corporativismo y del clientelismo.
Por lo que resulta difícil hablar de esta democracia y su legitimidad cuando los recursos públicos se han utilizado para acotar la libertad electoral de los ciudadanos administrando esta pobreza que también han coincidido en parte con la geografía política de los partidos y por existir una correlación entre marginación y el voto de 40 años de un mismo gobierno.
Consideremos entonces que como ciudadanos para esta próxima elección deberemos cuestionarnos sobre quienes elaboraran leyes, y quienes construirán una legalidad para su beneficio y si conviene o no votar por los que hasta hoy solo han administrado esta pobreza y cada año electoral como negocio.
