Nos impacta saber que nuestra paz sea perturbada, que de repente en un día se hayan suscitado tantos eventos violentos en nuestra pequeña ciudad: Imágenes, videos, grabaciones, notas y demás, circulando a velocidades sorprendentes a través de las redes sociales, algunas generando pánico, otras preguntas y razones del por qué y otras más para informarse.
Lo cierto es que estamos viviendo una situación de crisis que desde hace ya unas décadas se ha venido presentando en forma gradual, en la sociedad y en las esferas del gobierno; y aunque los mexicanos somos un pueblo tranquilo todo llega a un límite. El gasolinazo desató una serie de protestas que al parecer no van a parar y menos cuando nos llegue el segundo y tercer gasolinazo en las próximas semanas; el gobierno y su séquito de personalidades de desacreditada procedencia y probada carencia académica en pro y a favor del pueblo, continuarán presionando con el alza de impuestos, productos y servicios y hasta nuevas reformas, que para ellos resultan ser idóneas.
El hecho de que exista una guerra entre carteles y grupos pequeños por el control de la droga, complica aún más nuestra realidad, ya que siendo Cancún un polo turístico generador de un alto porcentaje de divisas y entradas en el PIB de la Nación, provocan la incertidumbre por parte de quienes nos visitan y de quienes vivimos aquí. La problemática entonces se complica, pareciera que nuestra historia nos persigue, siempre con problemas de estabilidad político-económica, la toma de malas decisiones por parte de quienes están en el poder y por otro, problemas entre grupos que generan inestabilidad. ¿Cómo fue que llegamos a este punto?
