El otro día, tras el escándalo desatado luego de internautas mexicanos utilizaran las redes sociales para mofarse de la gimnasta mexicana Alexa Moreno por considerarla “gorda”, se me ocurrió la frase: “La polémica es el más habitual recurso de las mentes pequeñas para hacerse notar”.
Ese “pequeñismo” mental del mexicano promedio –que se manifiesta ahora cada vez más a menudo mediante las redes sociales- no dejó en vergüenza a la atleta azteca que arduamente se esforzó durante años para llegar a los Juegos Olímpicos de Río 2016, sino a la nación completa. Y es que la noticia de que Moreno había sido humillada por algunos de nosotros, sus paisanos, traspasó nuestras fronteras y llegó a otros países.
Las críticas vinieron a cántaros, no sólo de nuestros hermanos de Centro y Sudamérica, sino también de países de primer mundo a los que tanto admiran algunos compatriotas (o envidian, más bien, porque el mexicano promedio es envidioso).
Y se viene –por supuesto- a la mente de muchos que piensan como un servidor la famosa fábula de la “Cubeta de los cangrejos mexicanos”…
El Cangrejo Mexicano (Carcinus mediocrus) es una especie de crustáceo que habita en nuestro territorio. No camina de lado, sino hacia atrás; sin embargo, cuando retrocede, le gusta voltear a ver lo que están haciendo los demás para ver qué les critica (si están avanzando) o para buscar a otro que esté igual a él para siempre buscarle lo malo a las cosas ajenas y decir que ellos pudieron hacerlo mejor.
También conservan la costumbre de ser prejuiciosos al ver los méritos ajenos: Si es macho, lo hizo “lamiéndole las botas” al jefe, y si es hembra, “le dio las nalgas” (perdonará usted el léxico, pero así lo dicen).
Muchos de ellos son acérrimos enemigos del capitalismo; malestar que demuestran constantemente mediante publicaciones desde su nuevo ‘smartphone’ (que sacaron a 48 meses sin intereses y que nunca terminarán de pagar).
Algunos dejaron de estudiar o capacitarse individualmente porque “al fin y al cabo, el Gobierno siempre los tendrá jodidos” y no vale la pena el esfuerzo. Trabajan ocho horas al día (sin pasarse un minuto, porque no permitirán que el patrón los explote, ¡claro!) y al salir se reúnen con sus similares para “empujarse” tres o cuatro “caguamas” mientras platican sobre lo injusta que ha sido la vida con ellos.
Otra característica muy marcada, es que viven pensando que todos los demás se encuentran permanentemente en deuda con ellos y es por ello que todo se les debe ser otorgado de forma gratuita y constante; si no, se indignan y comienzan a referirse mal de quien alguna vez les tendió la mano.
Sin embargo, su peor atributo –tal y como lo mencioné al principio- es que gozan de una ignorancia ciega, en la que su actitud de “listillos” o ‘bullys’ refleja frustración por su mezquino estilo de vida y resentimiento hacia el próijimo que logra más que ellos.
Y usted, ¿tiene manos o tiene pinzas?