La formulación de un aparato teórico modélico desde nuestra perspectiva subjetual como un saber organizado, resulta en un concepto exento y susceptible de haberse formado por sí mismo, ya que la transformación más por metáfora de un concepto objetivo, se reconstruye en el que la idea de cultura objetiva esta ya constituida como primera modulación de esa idea y que somos nosotros quienes desde nuestro horizonte actual la reformamos.
Bajo la premisa barthesiana de que “la mierda escrita no huele”, el discurso sobre el ano que el Arzobispo Primado de México Norberto Rivera emitió hace unos días “Desde la fe”, resulto una cátedra de absoluta erudición sobre la función del mismo como de la sexualidad femenina, afirmando que el cuerpo humano no está diseñado para la relación homosexual y que solo las mujeres tienen una cavidad preparada para la relación sexual, misma que lubrica para la penetración y la fricción, segregando sustancias que protegen al cuerpo femenino de posibles infecciones presentes en el semen. No así se refirió del ano del hombre donde afirmo ser diferente al de la mujer, ya que no está diseñado para recibir, sólo para expeler ya que su membrana delicada se desgarra con facilidad careciendo de protección contra agentes externos que pudieran infectarlo de un miembro que lo penetrara severamente causándole sangrados e infecciones.
Tal y como dijo Fernando Rivera Calderón, no juzguemos la prosa ni el conocimiento científico ni el trabajo de campo que don Norberto tuvo que hacer para llegar a estas conclusiones, solo digamos que el ano ha obsesionado a la Iglesia y a su miembros durante siglos, al grado de verse reflejados en la asquerosa práctica de besarle el anillo al Sumo Pontífice como metáfora a un ejercicio de sumisión.
Para Freud, que, habría aclarar no es el estudio de la psique del ano el caso de Norberto Rivera le sería muy familiar hoy afirmar que nuestro Arzobispo se encuentra instalado en su fase anal, en donde todo gira a alrededor de su ano, ya que sus conflictos de esta etapa le generan una fijación anal retentiva o expulsiva, al grado que tanto Freud como su servidor apostaríamos a que Norberto tiene entre dos y tres años de edad mental.
Y no me refiero a la fuerza de su ano o del argumento sobre el ano, sino de la actual embestida de la curia mexicana en contra de la homosexualidad provocada por la iniciativa que envió el presidente Peña Nieto al Congreso para volver constitucional las bodas igualitarias en todo el pais, situación que no debemos permitir de personajes como este Curita Mayor, continúe promoviendo directa o indirectamente, el odio.
