Suegras, cuñadas y comadres. Resulta que hace apenas un par de días me encontré a dos colegas periodistas, a quienes lamentablemente tenía tiempo de no ver, y tras platicar unos minutos me lanzaron la pregunta: “Oye ¿estás en contra del Gobierno del Estado. Es que te hemos leído”.
Y mi respuesta fue un tajando “no”, lo que pasa, agregué en mi diálogo, es que afortunadamente esta administración de Carlos Joaquín es más abierta y se comprometió a respetar la crítica constructiva, como debe ser en todos los gobiernos de todos los órdenes, federal, estatal y municipal.
Sin embargo, estos dos periodistas me recetaron: “Lo que pasa es que sabemos que tus columnas no han sido bien vistas”, sin aclarar nombres de quienes supuestamente se quejaron.
Debo aclarar que en las recientes entregas que he hecho, no me he referido más allá de lo que el ex candidato a la gubernatura por el PAN-PRD, Carlos Joaquín González, se comprometió en campaña ante los quintanarroenses y que hasta el momento no se ha visto más que hechos contrarios a sus promesas, de lo cual, los periodistas debemos precisarlo ante la opinión pública, porque esa es nuestra función, no hay más.
Con ello se aclara que no existe ningún tipo de asunto personal, sino meramente profesional.
Reconozco que me llamó la atención este tipo de “advertencia” (si se puede tomar así), pues en caso de que sea realidad lo dicho por estos colegas, entonces los periodistas en particular, y la sociedad en general, estamos frente a otro gobierno absolutista, que no acepta la crítica, que no ve matices, que todo es blanco o negro y que aquel que ose no estar de acuerdo, no es más que parte de ese clan de corruptos, en una postura similar a la asumida por Andrés Manuel López Obrador.