Suegras, cuñadas, comadres y amiguis…les comento que por más que le busco, le pienso y nomás no puedo entender cómo es posible que exista un ser tan abominable, tan despreciable y tan hijo de toda su mamá como Javier Duarte.
Digo, no me consta todo lo que se le acusa, porque tampoco puedo dudar que se trate de una asquerosidad mediática-penal como la que en su momento armaron en contra de Mario Villanueva.
Sin embargo, desde hace meses los hechos están documentados: corrupción, robo y asesinatos, especialmente en contra de periodistas con más de 15 casos, lo que nos permite tener la certeza de que en realidad sí es toda una fichita.
La orden de aprehensión contra Javier Duarte y las otras ocho personas es por los delitos de delincuencia organizada y lavado de dinero, dijo la titular de la PGR, que calificó el caso como “uno de los asuntos más relevantes que se están llevando ahorita en el Sistema Penal Acusatorio”.
Las dos personas que ya fueron detenidas son dos mujeres, que no tienen parentesco con Javier Duarte pero que son consideradas por las autoridades como prestanombres de las empresas fantasma.
Este miércoles 19 de octubre, Animal Político publicó que un juez en la Ciudad de México dio entrada al proceso penal acusatorio contra Javier Duarte y otros, por los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita y delincuencia organizada.
Anoche, se celebró una audiencia inicial en la que el juez certificó la detención que hizo la PGR de dos mujeres que presuntamente se encuentran relacionadas con la red de empresas fantasma y que están vinculadas con la misma causa penal de Duarte Ochoa.
El caso de Duarte es muy grave, incluso me atrevería a pensar que es único en la historia de un país corrupto, sí, pero no a los niveles de éste.
