Muchos pudieron ser los factores por los que la gente se inclinó en contra del PRI-Gobierno y a favor de la transición en Quintana Roo, como el voto de castigo contra los abusos de Enrique Peña Nieto y de Roberto Borge, como la decidida reacción de los habitantes del sur, como la campaña bien estructurada de Carlos Joaquín, pero desde luego que no se debe soslayar el apoyo, “el empujoncito” que le dio el ex gobernador Mario Villanueva a quien rendirá protesta en septiembre.
En todo momento habrá que recordar el reconocimiento, la admiración y el cariño que la gente le tiene al ex mandatario quintanarroense hoy recluido en un penal de Kentucky, en Estados Unidos.
Mario Villanueva envió desde allá una serie de cartas que bien pudieron influir en el ánimo de muchos electores, especialmente en el sur de la entidad, en donde se le ha extrañado desde 1999 , cuando se le vio públicamente por última vez en el estado.
Y es que el ex mandatario tuvo un sentido muy mordaz y sobre todo muy enfático en lo que quiso decir, como en aquella carta en la que señaló que “con Félix ni a las canicas”, en la que expone que con el también ex gobernador no jugaría ni a las canicas porque es un tramposo, pues “si te distraes, se lleva todas”.
Pero con esa carta, la gente supo que el dardo no iba sólo para Félix González, sino fue hacia él porque se trata de la cabeza de un grupo de políticos que aún hoy se encuentran en el poder en la entidad.
Con ese tipo de acciones, como las de Mario Villanueva, fue que el sur se levantó, fue que esa zona del estado despertó y hoy ya nadie la detiene. El sur fue subestimado y hoy es el fiel de la balanza.
Hay que recordarlo, porque sin duda Carlos Joaquín le debe una tanda a Villanueva Madrid.
