Gregorio Sánchez Martínez
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La Dictadura Perfecta
“Si un gobernante atiende la palabra mentirosa, todos sus servidores serán impíos” – Rey Salomón (Prov. 29:12)
Hoy nuestra patria sufre y sangra, sumergida en el temor de una violencia fuera de control a lo largo y ancho del territorio nacional, víctima de la delincuencia organizada.
Grupos delictivos que en algunos estados como Guerrero y Michoacán han rebasado al estado mexicano y obligado a la población a defenderse, organizando grupos de autodefensas, cuando la obligación del estado es salvaguardar la vida e integridad de sus gobernados.
¿Cuándo inició la descomposición del estado mexicano, permitiendo a la delincuencia organizada penetrar en todos los niveles de gobierno? ¿Fue a la llegada de los neoliberales, tecnócratas o de la derecha? No sabemos. Lo que si nos queda claro es la descomposición del andamiaje del sistema político mexicano.
¿Vieron la película La Dictadura Perfecta? Ahí se refleja parte de la realidad que estamos viviendo, donde se premia a los políticos corruptos que protegen narcotraficantes y son socios de la delincuencia ya que ellos mismos secuestran y asesinan o encarcelan a sus opositores, usando las instituciones de procuración de justicia para cometer tales crímenes, sin que nadie diga nada mucho menos que sean enjuiciados. ¿Será que los verdaderos capos son sus patrones y no es el pueblo que los eligió con la esperanza de tener una vida digna, en paz y con un futuro de progreso para su familia?
¡Despierta México! ¿Hasta cuándo soportaremos este yugo de injusticia, intolerancia y corrupción? ¿Cómo es posible que en Guatemala, nuestros vecinos del sur, un país pequeño en vías de desarrollo, la ex vicepresidenta y el ex presidente estén en la cárcel por supuesta corrupción y en México puedan encarcelar y matar a miles de inocentes destruyendo sus familias… mientras diputados, senadores y medios de comunicación callan? Como dice el dicho: “el que calla otorga”. Sin embargo cada día es más grande la deuda externa y la deuda de los estados es escandalosa y ofensiva, poco a poco empeñan el futuro de nuestros hijos.
Abramos los ojos al futuro, quitémonos ya el velo de la manipulación y la mentira de la que hemos sido objeto durante tantos años. Tomemos en sartén por el mango: ¡El cambio lo hacemos nosotros!
Cuando los justos gobiernan, el pueblo se alegra; mas cuando gobierna el impío, el pueblo gime. (Proverbios 29:2)
Hasta pronto.
