Hablar de democracia entonces es un tema espeluznante sobre todo cuando se vive en un país de tramposos, donde el diario vivir puede estar marcado por actitudes que generan sospechas sobre el proceder del prójimo – en el trabajo, el juego, el hogar, la escuela, etc. -, y entonces, las dinámicas intra sociales se empantanan de duda: ¿Fue una decisión ya pactada? ¿Habrán votado para taparle el ojo al macho? ¿Realmente el voto defiende los intereses del pueblo?
Claramente no, no existe una democracia real, no podemos compararnos a los países donde las ideas basadas en los derechos humanos son respetadas, nos falta realmente mucho como sociedad para lograr avances más racionales y legítimos.
Quintana Roo como todo México carece de personas con convicción de valores, personas que entiendan la democracia como un arma potente para defender al pueblo, que cuando se toma una decisión debe ser a puertas abiertas, bajo las reglas del honor, la honestidad y la honradez. Mucho se habla de rescate de valores en nuestra actual sociedad, pero a ellos no podremos acceder mientras tanto los de a pie como los de a caballo tomen actitudes de “Aquí mis chicharrones truenan” y “La ley, soy yo”.
El día que nos comparemos a una Gran Bretaña deberá ser por que no vivimos en éste país o la Tierra se ha trasformado cambiándolo todo.
Por ahora tendremos que aguantarnos con las decisiones de esos democratuchos in-conscientes llamados cabildos, quienes nos han dejado más pauperizados y entender que la necesidad de tener protección por los próximos años por parte del mandamás de éste estado, se debe al miedo que debe tenerle a la falsa democracia de la cual él es participe.