Sirva de música de fondo “Ojalá”, reliquia de la ya lejana era del Canto Nuevo, específicamente Trova Cubana; de la inspiración de Silvio Rodríguez, una canción del adiós a un dictador: el eterno, el que no pasa de moda y sólo cambia de nombre.
“Espero que la PGR con celeridad pueda deslindar responsabilidades y espero, al amparo de la ley, pueda aplicarse contra aquellos que han levantado estos falsos señalamientos contra el Gobierno”. Esa es la cita textual de lo que Enrique Peña Nieto dijo a propósito de las evidencias sobre el espionaje institucional a líderes políticos, defensores de derechos humanos y periodistas; una respuesta que ha generado polémica y que, objetivamente, no se puede apartar del campo de la víscera, el resentimiento, pero sobre todo, de una visión totalitaria traducida en: “¡¿cómo se atreven a cuestionarme?!”
Pero el fondo de las cosas no se queda allí, es necesario señalar que con su declaración, ha cerrado la puerta a un eventual reconocer, informar, explicar qué sucedió, a costa de lo que sea. De entrada, las instituciones federales involucradas han informado que la información que se ha solicitado para despejar todas las dudas sobre el uso de un software que a todos nos cuenta una millonada, está reservada por los siguientes cuando menos 10 años.
Y sigue bajando, porque el fondo es aún más profundo. Una de las características del miedo fóbico es el ostracismo neurótico que obliga al enfermo mental a apartarse de todos, a espiar a todos, a desconfiar hasta de la sombra. Es así que la labor de espionaje se extendió allende sus propias alianzas.
El Partido Acción Nacional PAN, ha sido de manera tradicional e histórica la comparsa del ‘poder tricolor’, el institucional. Es fácil, su alianza es tan íntima y el dirigente nacional panista tan ‘obediente’, que cuando llega el momento, es el propio Anaya quien sale a vilipendiar a Andrés Manuel como si se tratara del obediente ‘mejor amigo’.
Pero todo el ‘encanto’, el ensamble vino-alimento, y hasta los negocios se vinieron abajo como frutas podridas cuando el propio Ricardo Anaya se enteró que, por si fuera poco, él también fue invadido en su intimidad con el Pegasus.
Lo de fondo pues, es la unidad que el señor del “copete y las tobilleras” está generando en su contra.
Lo que no se puede perder de vista, aún los más tiranos entre los tiranos caen; sino en una plaza ante cientos de miles enfurecidos, sí en el destierro, el paredón, la prisión o el olvido y descrédito de la historia; Pinochet, uno de los más sanguinarios y vengativos, un día despertó y el Imperio les había cortado el sustento (económico y político). Pero gente como Somoza, aún después de depuesto, sus cuentas pendientes le siguieron y ya no lo soltaron.
Buona Notte
