La discriminación se basa en un conjunto de estigmas inmerecidos, prejuicios desventajosos, estereotipos enraizados, y tabúes aceptados acríticamente compartiendo la sinrazón del machismo, la intolerancia religiosa, el racismo, el antisemitismo, la homofobia, el clasismo y la xenofobia.
Según el diccionario de la Real Academia Española, la homofobia se define como la aversión obsesiva hacia las personas homosexuales como una expresión hacia el temor a estar cerca de ellos, y hoy con variantes como transfobia y lesfobia, las utilizamos para describir el temor u odio hacia los transexuales y lesbianas.
Tras 45 días de haberse reportado la desaparición de una joven “trans”, la ex Reina de Belleza Gay Nayarit 2015, autoridades notificaron hace unos días el hallazgo de un cadáver que correspondía a una mujer cuyo cuerpo estaba calcinado en las inmediaciones de Celaya. Afirmo que para poder entender esta atrocidad habría más allá de definir por qué se manifestó esta fobia desde los ámbitos donde se produjo, ya que no sólo fue el estado sino tal vez la sociedad la que, marcada por el odio y desprecio, continúa asesinando, o al que difiere de la norma que pudo haber sido por motivos políticos, ideológicos y religiosos los que quizá incitaron a esa intolerancia y crimen contra la víctima.
Más allá de los avances producidos en el reconocimiento de los Derechos Humanos de nosotras, las personas LGBT, “la comprensión correcta de los principios fundamentales de los Derechos Humanos, así como de las normas existentes en esta materia, deberían conducir al inevitable reconocimiento de los derechos sexuales como derechos humanos, y entre el derecho de toda persona a expresar su orientación sexual, tendiendo debidamente en cuenta el bienestar y los derechos de los otros, sin temor a persecuciones, privación de libertad o injerencia social”.
Hoy, lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero somos objeto de persecución, hostigamiento y violencia y de las máximas expresiones de homofobia, ya que de acuerdo al ENADIS 2010, cuatro de cada 10 mexicanos no estarían dispuestos a permitir que en su casa viviéramos personas homosexuales, y tres de cada 10 afirmaron lo mismo en el caso de personas que viven con VIH/Sida. Al igual que tres de cada 10 mayores de 40 años consideraron que es negativo y muy negativo que la sociedad esté compuesta por personas con diferentes orientaciones o preferencias sexuales, mientras que una de cada 10 consideró que las personas homosexuales deberíamos cambiar nuestras preferencias e ir pensando en ocultarnos.
Me pregunto si usted hubiese sido la madre de la chica “trans” asesinada, que pensaría…