En 1999, cuando había recién dejado la dirigencia nacional del PRD y retomado su activismo en Tabasco, Andrés Manuel López Obrador enfrenta una encrucijada: Perfilarse nuevamente para buscar la Gubernatura o retornar a la Ciudad de México para contender por la Jefatura de Gobierno.
Había iniciado una campaña a la que llamó “Recorrido de los mil pueblos” y estaba nuevamente residiendo en su casa ubicada en el fraccionamiento Galaxia, cuando los líderes de las diversas corrientes del PRD lo visitaron para intentar convencerlo de que debería postularse como candidato para las votaciones del entonces DF, porque las encuestas los favorecían.
Eran René Bejarano, líder de la Corriente de Izquierda Democrática; Armando Quintero, de IDEA; René Arce, de Nueva Izquierda, y Agustín Guerrero, presidente estatal de ese partido en el DF, que le garantizaban unidad y un estructura de promoción del voto a López Obrador para que sucediera la administración iniciada por Cuauhtémoc Cárdenas y por concluir por Rosario Robles.
En 1988, López Obrador titubeó ante la propuesta que le hiciera Cuauhtémoc Cárdenas para que contendiera como candidato a la Gubernatura por el entonces Frente Democrático Nacional y a final de cuentas, aceptó ir a la campaña, y ante esta nueva propuesta, fue con él a quien tuvo que consultar para afianzar su respuesta positiva.
Si bien ganó la elección por una abrumadora ventaja ante sus contrincantes del PAN y PRI, le tocó sortear una administración en la que esos partidos opositores intentaron frenarle su popularidad con campañas de desprestigio, entre ellos los llamados video-escándalos, y un proceso para desaforarlo del cargo con el fin de que enfrentara una acusación penal por un presunto desacato.
Y es que a como lo hizo con el Presidente Ernesto Zedillo, desde el inicio de su gestión, nuevamente volvió a marcar la agenda política a primera hora, con sus cotidianas conferencias de prensa de las seis de mañana, y además, llamó la atención de los medios de comuncación nacionales e internacionales con su austeridad, al movilizarse sin guaruras a bordo de un vehículo compacto, tipo Tsuru, sólo con su chofer, desde un deprtamento de un multifamiliar ubicado en Copilco.
A López Obrador le tocó encabezar la primera administración de seis años, tres más que la de sus antecesores, por lo que también sorprendió sus planes de obras públicas de largo plazo, como fueron la remodelación de Paseo de la Reforma y la construcción de los Segundos Pisos en Periférico y Viaducto, como alternativa para agilizar el flujo vehicular.
Para esta obra vial, el ex dirigente nacional del PRD realiza una consulta pública, a como los que también convoca para determinar si los entonces defeños respaldan o no el horario de verano y un aumento a la tarifa del Metro, que en el caso de estos últimos no fue una respuesta negativa.
A final de cuentas, López Obrador sorteó embestidas y con su genuino desempeño se colocó nuevamente en la palestra, pero ahora para contender por la Presidencia de la República.
De hecho, el ahora dirigente nacional de Morena advirtió en su discurso que pronunció aquél 6 de abril del 2005 que el juicio de desafuero era precisamente para frenarlo rumbo a sus aspiraciones por la Presidencia en el 2006, la primera contienda que buscó para conseguir ese cargo.
“Les preocupa y les molesta que nuestro programa en la Ciudad -de crecimiento económico, generación de empleos, construcción de obras públicas, de educación, salud y vivienda y de apoyo a los más humildes y olvidados- se propague cada día más, se acredite entre la gente y se aplique a nivel nacional.
“Este es el fondo del asunto. Por eso, y por ninguna otra causa, nos quieren atajar y me quieren quitar mis derechos políticos, con miras a las elecciones del 2006.
“Quienes me difaman, calumnian y acusan son los que se creen amos y señores de México. Son los que en verdad dominan, mandan en las cúpulas del PRI y del PAN… Son los que ambicionan las privatizaciones del petróleo y de la industria eléctrica, algo que aún no consiguen tras la entrega sucesiva de los bienes nacionales.