Por otro lado se tiene que considerar que el pago de doce meses de Colegiatura ya resulta obsoleto si estamos considerando todo lo anterior y analizamos un poco más el tema.
El reparto de utilidades que genera todo Colegio, pocas veces se llegó a dar, ya que al declarase como instituciones no lucrativas, pues creen estar exentas. Lo cierto es que, dentro de cada plantel hay un negocio redondo, primero con la venta de uniformes -que muchas veces esta concesionada a un familiar cercano-; segundo, con la venta de libros o paquetes escolares, que además llevan los famosos forros que distinguen a la prestigiosa institución donde asiste el alumno; tercero, hay Colegios que venden hasta los zapatos y tenis del mismo; y para no olvidar, están aquellos que piden una lista interminable de artículos que son poco creíble que utilice el estudiante durante su ciclo escolar pero, hay que surtirla sin miramientos. Y se podría seguir escarbando y aumentar la lista lucrativa de cada Colegio.
Así que al pensar que son Instituciones No lucrativas, nos encontraríamos en total error, ya que seguramente encajan en algún perfil que para Hacienda resultaría muy valioso en el acopio de impuestos de manera legal.
Lo más sorprendente de todo esto, es que tanto gobierno como padres de familia han contribuido a lo largo de años a mantener esta exageración de los Colegios. Primero, el gobierno no pone topes ni fiscaliza, lo cual resulta entendible ya que es incapaz de otorgar educación a todos los chiquillos mexicanos, por lo que los Colegios le vienen a solucionar parte de la problemática y, en segundo, los padres. ¿Por qué ellos? ¿Acaso no pagan sus doce meses de Colegiatura?