Durante las últimas décadas los movimientos sociales en México y en Quintana Roo se han convertido lejos de la partidocracia tradicional, en importantes actores políticos que han logrado cambios radicales tratando siempre de mantener su autonomía y donde muchos activistas a partir de éstos mismos, priorizamos estrategias a la acción colectiva y a la movilización masiva para lograr resultados. No así otros que por intereses particulares han preferido acercarse con un doble discurso a actores políticos o partidos buscando ser votados en una elección o simplemente buscando la chuleta.
A dos meses de iniciar un proceso electoral, la búsqueda de reflectores que por logros y resultados de quienes hoy nos gobiernan o representan, se vuelve tarea estratégica para los que buscan de nuevo gobernar o conseguir espacios de decisión evidenciando lo mejor de su trabajo en el bien de sus gobernados.
Pero que decir cuando el trabajo político resulta equivocado más allá por la desinformación o la inexpertis a temas ajenos de quienes integran leyes o iniciativas, al haber desarrollado como resultado, atroces documentos o propuestas a iniciativas que atentan contra la dignidad y los derechos humanos. El caso reciente a la intención de criminalizar en nuestro estado las prácticas sexuales y volver punible la “intención o el dolo” se volvió un caso actual y referente a las “malas prácticas” de aquellos que por cumplir su trabajo pero no vivir inmersos en la problemática de la Salud Sexual, de las Infecciones de Transmisión Sexual, el VIH como de su proceso, omitieron considerar información científica, médica y evidencial con la que se hubiera podido integrar una propuesta desde la base de la prevención y presentarla como un posible referente nacional.
El pasado viernes el Artículo 113 fue derogado de nuestro Código Penal sumándose a otros 5 estados donde no es punible el ejercicio de la sexualidad ya que en su momento grupos y asociaciones a través de acciones de inconstitucionalidad votaron por detener en sus estados esta misma acción de criminalizar. Por lo que habrá que estar pendientes que seguimiento se le dará a esta decisión ya que el voto colectivo no significa “el triunfo” de este objetivo por lo que habrá que conocer que disposición tomará la Comisión de Justicia de nuestro Congreso y del Presidente Panista de la Gran Comisión si mandatan lo contrario o se tenga que revisar y modificar el Artículo en cuestión.
Tengamos presente que, durante la votación, la CDHQROO lo hizo en contra de la derogación sugiriendo hacer una revisión, acto que la propia Comisión puede impugnar con una acción de inconstitucional al ser atributo de esta misma.
Por lo que ante estos dos escenarios el oportunismo partidista no pudo faltar, al haber anunciado como un gran “triunfo” en contra de los mitos y prejuicios que han rodeado históricamente al VIH y a quienes hemos vivido con él, al resaltar el gran trabajo legislativo realizado y qué meses anteriores fue señalado y sentenciado por su propio Titular por ir en contra de sus estatutos.
Por lo que fácil es colgarse medallitas sin mérito propio cuando se quiere encubrir la torpeza y la incapacidad utilizando al ciudadano.
