Nunca, en las siete elecciones de gobernador que se han llevado a cabo desde que Quintana Roo fue decretado entidad hace 42 años, las cúpulas empresariales salieron a convocarnos, como lo hacen ahora, al voto.
La Asociación de Hoteleros, la Cámara de Restauranteros, la Confederación Patronal; las industrias que concentran casi el 100% de la generación de divisas, derrama y empleo, han difundido en los últimos días sus campañas para promover el voto, que incluyen incentivos y permisos para que los más de 52 mil trabajadores en los centros de hospedaje y alrededor de 30 mil empleados en restaurantes y bares, puedan acudir el domingo 5 de junio a emitir sus votos para gobernador, presidente municipal y diputados en los ocho distritos que comprende Benito Juárez.
El grueso de la población, al menos en Cancún, sabe que los empresarios, incluidos los inversionistas extranjeros, fueron de los más golpeados durante este sexenio al que le restan 144 días para concluir.
No se puede precisar la intención del voto de este sector pero es evidente que la experiencia que obtuvieron en los últimos 12 años, les enseñó que un gobierno electo con 30% de la votación total -lo que corresponde al 12% de la lista de ciudadanos aptos para elegir- no podrá ser, nunca, un gobierno comprometido, mucho menos legítimo cuando la mayoría de los que votan lo hacen presionados por quienes capitalizan electoralmente la pobreza y la ignorancia.
